Dos corazones que pensaron ser uno, dos corazones de los cuales salió lastimado solo uno, dos corazones los cuales protagonizan esta historia, solos dos. Solía no haber abecedario para decir los sentimientos, pero ahora salen como melodía encontrada en una cajita de música con una bailarina que lo único que hace es marcar cada paso como marco yo cada latido de mi corazón.
Quiero contemplar el cielo, ver las estrellas sin imaginar tu mirada, sentarme en alguna de las nubes que aunque no lo creas, expresan lo que siento y me acompañan hasta cuando duermo. Quisiera volverte a mirar para que veas que lo que sentía se fue a algún lugar donde sabe que no lo van a dañar, quiero que me veas a los ojos y me digas que todo lo que sientes es verdad, quiero que me digas que el amor se fue como las cartas y las palabras que se llevo el viento. Solo te ruego sinceridad, para no caer en lo mismo y seguir lo que empecé, seguir una historia sin ti.
Hay tantas miradas que me explican lo que sientes, tantas sonrisas fingidas que demuestran que lo que dicen son mentiras, tantos abrazos que se quedan en el tiempo congelado y tantas caricias que no volverán a sentir. Los colores del cuadro que pinte se van como el agua de la pecera que se escapa por un hueco, el hueco del desamor y la desilusión, un hueco que lograste hacer tu al decirme adiós.
Es simple pensar y recordad, es difícil descifrar un suspirar o volver a confiar, es difícil volver a sentir o buscar la verdad y así quedan dos corazones llorando por amor, un amor que se fue, un amor que no volverá y un amor que deja recuerdos marcos en mi piel.
Me tatuaste amor, dolor y desilusión al mismo tiempo, no quiero lastimarte al decir todo esto, pero es mejor así, sin confundir los sentimientos, sin decir mentiras y sin mirarnos a los ojos de nuevo.
Yo no buscaba más de lo que me podías dar, me gustaba ver tu silencio, tu mirada vacía y la ternura que en ningún momento salió. Me gustaba verte reír, verte llorar y verte dormir, me gustaban tus errores y defectos, escuchar los te amo y te quiero. Pero ahora no son dos, o tal vez sí, pero esos dos ya no forman uno, el “tú y yo” se nos fue, y ahora solo eres tú, y ahora solo soy yo.
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