viernes, 30 de julio de 2010

Hundiendome en el ruego..



Ganas de drogarme y vivir en otro mundo son las que me sobra, las ganas de querer a alguien son las que me faltan, no sé porque pero no tengo ganas ni de mirar ni de vivir. Tengo los ojos vendados para no saber que pasa fuera de la burbuja de humo donde vivo, tengo el corazón encarcelado para que no sienta ni sufra lo que tú haces y dices. Las palabras se las lleva el viento pero lo actos quedan grabados, como una escritura en la piedra de tu corazón. Te pido a gritos un poco de sabiduría para poder sobrellevar lo que llevo adentro, que se llama ira.

No quiero que sientas la guerra que vive en mí, pero suelo convertirme en un soldado con armadura cada vez que te veo y vienes con las ganas de destrozar todo lo llevo dentro, todo lo que creí que era “nuestro”, suelo pelear por las cosas que me importan, pero ahora las ganas de luchar se fueron, no tengo ni ganas de pensar en ti, no tengo fuerzas y mi cuerpo se desmorona en el suelo.
La conexión sagrada que tenía era algo que al fin y al cabo te llevo al suelo, tu alma pide consuelo y yo te ruego que me des la fuerza que necesito para no caer de nuevo.

Quería volver a tener tu compañía, pero este soldado lo único que tiene es la armadura, no tiene corazón ni sentimientos, no siente los golpes pero ve las cicatrices, no siente las palabras que lo hieren pero si ve que te alejas con el tiempo, como el viento que no sabe a dónde ir, solo deja que lo lleve la corriente y espera que sea un lugar donde solo él sea el sobreviviente.

Un par de hierbas es lo único que lo acompaña, un par de cenizas cubren la angustia que lo acoge en el cuarto frío donde el fuego de tu amor no se asoma ni a la ventana. Sigo escuchando tus pasos a lo lejos y me acuerdo de cómo te ibas sin voltear a verme, mis ojos van cayendo, mi sonrisa se va borrando y mi rostro es un lienzo en blanco.

Termino en el fuego del odio de mi propio ser, termino bajo tierra en un cajón. Luche por algo que no sirvió, ahora no hay ni un apoyo y solo me queda hundirme en el ruego.

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